Indian Summer

Y la cosa está más o menos así:
- Con junio llegan mis ganas de vacaciones, aumentadas a mil ante la imposibilidad de tal situación.
- Se me acabó el aceite de oliva, la nutella, la mermelada de frambuesa, las agüitas de hierba, el nescafé de Moka y la leche. Sólo me queda stevia y biosal S:
- La rutina me estaba matando, así que decidí hacer algo "extremo" y partí a la biblioteca de Santiago en busca de aventuras. Me volví caminando, con cuatro novelas bajo el brazo (en la mochila, para ser más exacta) y las empecé todas al mismo tiempo. A eso, súmele el caos de fin de semestre... extremo ¿no?
- La quinta novela se la debo al muchacho del bibliometro de los Héroes. El día que caí moribunda a causa de la bronquitis decidí pasar a buscar un libro para el viaje. Pedí cuatro títulos distintos y estaba todo prestado. (Rayos y centellas). Le pedí, finalmente, que me pasara el que se le antojara, y JUSTOMAGELA me entregó aquel libro que busqué como loca durante toda la segunda mitad del año pasado. Ninguna biblioteca lo había adquirido, y en mi desesperación pensé en comprarlo, pero después me arrepentí. Con el tiempo lo olvidé, y ahora volví a recordarlo gracias a este chiquillo. Lo mejor, es que no me defraudó (ni el chiquillo ni el libro).
- El café es una de las cosas que más me alegra estos días otoñales. Le debo unos cuantos hijos.
- Debo encontrar la gomita de mi audífono izquierdo, sé que tiene que estar en algún lugar de esta pieza... lo malo es que su color transparente y tamaño minúsculo no me ayudan para nada.
- Mis alumnos amaron mis clases de género dramático, y yo los amo a ellos por estar leyendo Flores de papel en segundo medio. Secos.  

-Canción de esta entrada: Indian Summer, The Doors. Es la melodía que mejor me representa en este momento de mi vida.