Ayer fui al teatro, y la obra es la
mejor de la vida de la existencia de la galaxia, me encantó: los actores secos,
la puesta en escena sencilla pero cumplidora, los textos tan sencillamente
lindos, yo quería citar todo lo que decían, pero como tuvimos que apagar los
celulares antes de comenzar la función (obvio) no tenía dónde escribir.
Ayer fue un día triste y el giro inesperado que tomó lo agradecí en el alma. No pensaba ir al teatro tan luego (la entrega es para dos semanas más), pero mis amigos dela U me
llamaron para avisarme que pasarían a buscarme a las siete y media, y partimos.
Lo mejor de todo es que quedamos en primera fila, porque debido a mi look de
"maldita lisiada" que me acompaña por estos días, tuve que entrar
antes. Iba toda concentrada con las muletas abriéndome paso entre la gente, y
fui la primera en entrar al teatro ipso, alguien abre la cortina para dejarme
pasar y SHARTRUDAJAR (8) ERA ALFREDO CASTRO!! casi me morí cuando me dice:
"Hola", pero eso no fue lo mejor, porque contesté apenas y seguí
avanzando cuando escucho: "¿qué te pasó en la pata?" ME MATÓ, y le
empecé a contar mi torpeza y él me seguía conversando, y casi que me acompañó
hasta el asiento :D. Yo no podía más de felicidad.
La obra me emocionó hasta los huesos, obvio que lloré, pero también reí, porque tenía la medida justa de comedia y drama.La Amparo Noguera es
preciosa y muy profesional, y el José Soza es un SECO DE LOS GRANDES. Sin duda,
una de las obras que volvería a ver con mucho gusto.
Me voy, tengo que hacer mis informes pendientes de teatro, así que el deber me llama.
Bye fish!
EMILIO- (Yendo a avivar el fuego) Ojala existiera esa posibilidá... Pero es tan rara la cuestión,
que cuando no hay na por qué vivir, tampoco hay ná por qué morir.
Ayer fue un día triste y el giro inesperado que tomó lo agradecí en el alma. No pensaba ir al teatro tan luego (la entrega es para dos semanas más), pero mis amigos de
La obra me emocionó hasta los huesos, obvio que lloré, pero también reí, porque tenía la medida justa de comedia y drama.
Me voy, tengo que hacer mis informes pendientes de teatro, así que el deber me llama.
Bye fish!
EMILIO- (Yendo a avivar el fuego) Ojala existiera esa posibilidá... Pero es tan rara la cuestión,
que cuando no hay na por qué vivir, tampoco hay ná por qué morir.
Me quedó dando vueltas eso de que,
cuando no hay nada por qué vivir, tampoco hay nada por qué morir... es muy
paradójico, y yo nunca lo había pensado, pero tiene sentido, muchísimo sentido.
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