No estoy inspirada para escribir, sin
embargo lo hago de todas maneras porque necesito desahogarme de algún modo. Ya
me conozco lo suficiente como para saber que esta es una de mis terapias
favoritas y eficaces. Escribir me libera, me desahoga, me ordena la cabeza y el
corazón, y es por eso que lo hago constantemente, donde sea. Muchas veces
renegué de la escritura, sentía que en vez de ponerme a hacer las cosas que
debía, me ponía a escribir, y que eso no estaba bien. Sin embargo, ahora no
pienso lo mismo, pues creo que es uno de los medios más nobles y económicos que
tengo para sacar la felicidad, rabia, alegría, tristeza, etc. de mi alma; y
todo lo que esté en pro de mi salud es bienvenido.
¿Qué más puedo agregar? Muchas cosas.
El comienzo de año ha sido caótico, lo que me ha llevado a profundas
reflexiones acerca de mi vida, y eso me ha ayudado a descubrir muchísimas
cosas:
1)
La vida siempre está acompañada de problemas. Sin embargo, creo que la mía se
mantuvo tranquilita hasta el año 2008, y desde el 2009 en adelante me ha tocado
crecer a punta de porrazo limpio en todos los ámbitos habidos y por haber.
TODOS. Ha sido difícil, no lo niego, pero
uno se da cuenta que las cosas negativas tienen su razón de ser, y que frente
a eso sólo queda reciclar el aprendizaje correspondiente para poder seguir
adelante con las manos llenitas.
2)
La mente es tan poderosa que a veces nos engaña respecto a nuestros
sentimientos, anhelos y demases. Muchas veces el cuerpo y la intuición hablan
por sí solos, pero uno está tan ocupado con la mente, con eso que se supone que
queremos alcanzar, que cuando frenamos para hacer oídos a lo que realmente
anhelamos, ya es un poco tarde. Comprendí que, muchas veces, a la última que
escuché respecto a lo que me haría feliz de verdad fue a mi misma, y esto es
porque no le puse atención a mi cuerpo y a mis propios
sentidos. Y sé que debo hacerlo más seguido, porque
ellos siempre han sido los que han respondido por mí, y han logrado detectar lo
que me pasa antes que el mundo mismo… y antes de que yo me dé cuenta realmente.
3)
Leí por ahí (en una revista) que cada uno de nosotros tiene un “yo real” y un
“yo ideal”. El primero es aquel que somos en este momento (con defectos y
virtudes), y el segundo es aquel que nos gustaría ser. Se supone que cuando uno
está más a gusto consigo mismo es cuando su “yo real” coincide en gran parte
con su “yo ideal”. La verdad es que le encuentro bastante sentido a esta
afirmación, ya que conozco a tantas personas que son de determinada manera,
pero se esfuerzan por ser de otra forma, y al final ni saben lo que son ni lo que
quieren. Respecto a esto me siento bastante bien, pues a pesar de que me faltan
muchas cosas por cambiar para lograr mi “yo ideal” (como mi carácter, por ejemplo)
en forma general siento que me mantengo fiel a mí misma.
4)
A cualquier ser humano normal (creo) le cuesta un mundo reconocer sus errores y
asumirlos, pero esto a mí me cuesta bastante más que al resto. La buena
noticia, es que ya descubrí el por qué: no es porfía ni maña ni creer que me
las sé todas (para nada), es simplemente que me duele reconocer que hice mal
algo que esperaba con todas mis fuerzas que resultara bien.
5) Mi
impulsividad es mi peor enemiga.
6) Para mí es
más fácil… yo no estoy enamorada.
Buen desahogo... a veces te extraño! :P Así qué leo tus blog...
ResponderEliminarChanananá! me dió nostalgiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! mi fiel lectora Karlita :D
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