Se manifestó la lluvia, finalmente, lo que es bueno y malo, porque entrega material excesivo para pensar. El libro escapaba de toda mi concentración debido a la insistente lluvia golpeando en la ventana, parecía que quería colarse en mi pieza y hacerme compañía, pero yo no la dejé entrar por ningún motivo, se mantuvo en constante roce con la ventana, pero a mí no me pudo alcanzar. Y es eso lo que me hacía feliz: que estuviese ahí, tan cerca pero tan lejos a la vez, acompañándome pero de forma indirecta. Eso era lo mágico del asunto. Existen muchas personas en mi vida que cumplen la función que la lluvia realizaba en ese instante. Me acordé también de “Rayuela” de Julio Cortázar, cuando Horacio Oliveira está solo porque abandonó a
Cuando íbamos saliendo todas nos miraban raro y nos decían: “¿y ustedes para dónde van?... PERO SI ESTÁ LLOVIENDO… están locas”. Y creo que es verdad, un poco locas debemos estar porque en realidad el pequeño viaje tenía una cuota importante de riesgo, pero las ganas pudieron más. Nos demoramos como tres años en llegar al Paseo Bulnes (que queda a dos cuadras de acá),
Pieza, cama, cojines, manta, libro, taza de té, yo… y por la ventana “It’s raining again”.
(Karla Marciana te llamamos ese día y estabas en
(La foto, para variar, no tiene nada que ver con el texto, excepto por la lluvia. La pongo simplemente porque me gustó, es como la versión posmoderna del celebrado beso de “The Notebook”. ( La robé descaradamente del primer video que apareció en llutúb cuando me puse a buscar el himno del día viernes ;)))
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