domingo, 7 de abril de 2013

A veces es difícil mirarse en el espejo (2/10/10)







(Hay momentos en la vida en que hay que hacerse ver: uno cree que “la está haciendo de oro”, pero en realidad la está puro embarrando).

Mi vida iba de lo mejor: independiente, autónoma, como siempre, haciéndome la loca frente a los desaires, frente a los malos amigos que sólo me buscaban por interés y frente a aquellas personas que eran incapaces de hacer algo por mí (esa es una forma de NO demostrar el cariño, por si no lo sabían). Todo me daba igual, ese tipo de cosas me resbalaba debido a que yo era más superpoderosa y podía seguir adelante conmigomisma (y con los que nunca fallan, si sería muy injusto meterlos a todos en un mismo saco). Hasta que un día de abril me mandé el porrazo de la vida en patines. Yo pensé que las consecuencias serían netamente físicas, pero recién hoy, a casi 6 meses del accidente, me doy cuenta de que estaba equivocada.

En momentos tan difíciles como esos uno conoce realmente a la gente que tiene al lado, y los resultados son, por un lado, ultra alegres y felices, pero por otro, duelen en el alma y dan un remezón interno del que uno no puede escapar, aunque quiera. Cuando comprendí esto me sentí como nunca me había sentido en mis dos décadas de vida, y como no sabía actuar frente a tales situaciones IMPROVISÉ, pero de la peor forma posible: decidí seguir con el montaje y me guardé toda la pena comprimida en mi interior (MALA IDEA. Por favor, usted no lo haga), pero la muy desgraciada se quería escapar de mí, y como yo no la dejé, se reveló y se manifestó en mi ser externo de una forma muy especial denominada: AHUEONAJE.

Sí, así mismito, me ahueoné en MALA ACTITUD, comencé a mandar a todo el mundo a la mismísima mierda, incluso a mis amigos del alma, y decidí ir por la vida con una actitud ultra negativa y pesimista, dando a entender que si me moría a la vuelta de la esquina me importaría un pepino, y que todo el mundo TODO me daba lo mismo. Lo peor no es esto, sino que ni siquiera me di por aludida, hasta que un día, cuando venía en micro desde San Joaquín (con una cara de mil metros y luego de haberme peleado con media Universidad), escucho la voz de Cristina Aguilera por los parlantes: lo primero que hice fue recordar con nostalgia a la querida Mulán, pero todo cambió cuando le puse atención a la letra:

“Hoy no reconocí a quien vi frente a mí./ Esa en mi reflejo sé que no soy yo/ No quiero aparentar, quiero ser realidad/ mi reflejo no mostró quien soy en verdad”

Palos, troncos y bosques volaron sobre mí, la maldita letra calzaba perfecto, y fue ahí cuando la empecé a odiar. Me bajé en Universidad de Chile y me vine por Bulnes tarareando la infame melodía que no se quería despegar de mi siquis. (Ahora entiendo que la odié tanto porque me estaba restregando aquella realidad que no quería ver, en mis propias narices, la muy infeliz).
Cuando llegué a mi pieza (y luego del portazo correspondiente) prendí la radio dispuesta a que se me pegara cualquier basura. Comencé el “zapping radial” cuando de repente escucho una melodía que venía del mismísimo infierno ¬¬. Me pregunté ¿qué habré hecho (aparte de andar idiota) para merecer esta canción?. Las coincidencias existen, pero a veces hay que ver más allá, y fue eso lo que decidí hacer: esta canción algo debía significar…

…nunca tan idiota… me quedaba un poquito de cordura para comprender que las cosas estaban pésimas, pero no sabía qué hacer… así que seguí improvisando, y afortunadamente di en el blanco: en vez de leer los kilos de lecturas pendientes agarré mi bolso y salí a la calle: una película, un chocolate caliente en el Starbucks, una noche de lectura relajada, un paseo por Valparaíso y una tarde de té con naranjas y pan con palta fueron los responsables de hacerme reaccionar (específicamente, las personas que estuvieron en aquellos momentos).
Y fin de la historia.

- Al final, lo peor de todo es descubrir que todas las rabias vienen de una pena.
- ¿Solución? Regresar a los míos, es lo mejor que pude hacer por mí.
- Igual me perdono: es un derecho humano atontarse de vez en cuando ¿o no?
- No busco amigos perfectos, yo tampoco lo soy, los errores de la gente son normales, la desilusión viene cuando aquellas personas son incapaces de reconocer sus fallas y de tratar de enmendarlas de una u otra forma. 



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