domingo, 7 de abril de 2013

¿Irremediable optimismo del azar? (20/08/10)





(JUSTO-MAGELA cuando asumo que no extraño sentirme en las nubes de algodón, vuelve a aparecer).

Hace cuatro días volví a verlo, no sé por qué, creo que simplemente por ese irremediable optimismo del azar, y fue necesario un segundo para comprender que ya era muy tarde: ES muy tarde. Todo está igual, pero lo más importante mutó: el cariño. Las mariposas de mi guata decidieron irse de vacaciones no sé a dónde, la cosa es que no aparecieron por ningún lado, y fue todo muy raro. No logré expresar las cosas con claridad. Menos mal que en mi mochila estaba mi cuadernísimo lleno de palabrísimas listo para procesar el desahogo.

Para mí era como el café azucarado: dulce, pero con un toque de amargura, cándido y me quitaba el sueño. Me encantaba. (Pretérito imperfecto simple). Me daba vértigo, un vértigo que, sin embargo, me mantenía en equilibrio.

Ya no te quiero, ya no te extraño ni te necesito. Y es todo muy, muy triste. (Aún en momentos de “vacas flacas” puedo afirmar que el amor es lo más lindo que tiene la vida.) La pena pasó, era cuestión de tiempo nada más, por un momento pensé que nunca terminaría.

“Tiene un sabor amargo / y dulce escalofrío/ dolor de cabeza instantáneo/ tiembla el cuerpo oo/ qué frío. /Terror que va en aumento/ y me muerdo las manos/ pucha que pasa lento el tiempo/ o rápido quizás / que pido”. Esto y mucho más pasó por mí, rápidamente, en el segundo en que lo divisé. Sin embargo, parece que fue él quien le hizo más caso a la letra de esta canción: “Si me perdí/ es mejor no encontrarse/ porque es mejor guardarse para después. /Y si te vi,/ no me hagas ninguna seña, / ya te vi, / dejemos todo como está”. 


Conclusiones que nada tienen que ver con el asunto, pero que llegaron a mi vida luego del impasse:

1) Parece que pasé a un nivel BRÍGIDO de madurez emocional… tengo veintiún años hechos y derechos.

2) No le abriré la puerta a nada que no me aporte en la vida, así en la más egoísta.

3) Se acabaron los escritos, es momento de hacer y deshacer, lo que sea, pero no quedarse ahí… (odio a Horacio Oliveira, amo a Lucía “La Maga”).

4) No disfrazo nada, esto es literal. Las metáforas pueden aguardar por un momento en mi cabeza, simplemente estoy diciendo lo que estoy diciendo.

5) Y, a pesar de la confusión, estoy feliz porque esta época me ha traído demasiadas  sonrisas sorpresivas.

(La vida es ridícula, no tiene nada de estructurado, y el error de nosotros es seguir pensando porfiadamente que sí). 

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