domingo, 7 de abril de 2013

Noches en vela (14/07/10)


Caprí, se finí, chao pescao!

Ya no más… se acabó. Después del semestre más awful de la vida, sin darme cuenta, todo terminó… y de repente, las vacaciones, y soy feliz.

Este era el semestre de las reivindicaciones, de no volver a cometer los errores de hace un año, de renacer como el gato Félix (¿o era el ave fénix?)… no, era el gato Félix, porque después de mi incidente accidentoso en patines (y después de haber nacido sietemesina con apenas 1.200 gramitos, de haber sido atropellada a los 9 años y de haber caído eternamente hospitalizada en quinto básico) estoy cachando que, lo de minina, no es tan en broma; y como todavía sé sumar y restar (a pesar de mi mente letrada, ¡CRÉANLO!) me van quedando tres vidas =S menos de la mitad… pero no me importa, porque veo la cuarta parte del vaso llena =D.

Lo logré… cumplí con todas las exigencias del semestre y salí airosa del asunto. En pocas palabras LA HICE, y estoy orgullosa de mí. Peeeeroooo, el mérito no es completamente mío, si no hubiese sido por mis familiares, amigos del alma (que AHORA SÍ SÉ PERFECTAMENTE quienes son), Diosito y san Expedito, nada hubiese sido posible. Así que gracias totales no más.

Y como estoy de vacaciones me daré la licencia de escribir lo que se me dé la regalada gana. Puras cosas inconexas que comparten el punto en común de ser pensadas y emitidas por mi persona:

No hay nada como las vacaciones de invierno: el retorno al hogar (viaje mítico), mirar aquel paisaje tantísimas veces recorrido durante los últimos cuatro años (cuático como pasa el tiempo), BIENVENIDO A LINARES, pero de paso, porque Colbún fue el pueblo que me vió crecer. El reencuentro con mis padres (que no veía hace dos meses) y el regaloneo al máximo. La chimenea encendida todo el día, las horas de hacer nada, de hacer todo, de leer (sí, leer) los libros pendientes de la vida, de ver las películas recomendadas, de comer cosas engordadoras, de dormir, dormir y dormir. Hacer zapping en la tele porque sí, sin ninguna idea preconcebida, y mirar todo lo que haya en la parrilla programática, da lo mismo qué, la cosa es sentir el placer de pasar de un canal a otro sin ningún tipo de remordimiento… si hasta disfruto el ver a Iván Cabrera cantando desafinadamente en Yingo (sí, lo sé, soy muy rasca a veces).

Y eso… no me pidan más, no proceso, el último mes le saqué el jugo a mi mente letrina, y ahora sólo quiero el merecido descanso.

¿La foto? Es del fin de este mismo semestre, pero del año pasado, cuando lloré como magdalena y quise embriagarme con un litro de leche con chocolate XD. Aprendí la lección, y por eso la foto  
es “shimbólica ashí”. Además, hace juego con el título ¿cacharon? SOY MAESTRA.

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