domingo, 7 de abril de 2013

Extracto de "Novecento" de Alessandro Baricco (5/12/10)

   


 “Tocaba el piano. Siempre sentado un poco fuera del taburete, y con dos manos que eran mariposas. Ligerísimas. Había empezado en los burdeles de Nueva Orleáns, y allí había aprendido a rozar las teclas y a acariciar notas: en el piso de arriba hacían el amor y no querían jaleo. Querían una música que se deslizara por detrás de las cortinas y por debajo de las camas sin molestar. Él tocaba esa clase de música. Y en eso, verdaderamente, era el mejor”.

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